A mis abuelos Maria Delia y Alfonso
Hoy hace dos años partio... hace ya dos años su pequeña barca se alejo de esta orilla material, esta delgada tela que nos separa, eter y carne separadors, tela sublime donde todo y nada son uno.
Un tiempo, un momento muerto en mi historia, segundo sordo, mis sentidos mudos, manos inmoviles y calladas, se negaron escribir el dolor morador de mi corazon oprimido. Amarga e insipida la despedida, inconclusasolucion, herida convertida en espada destrozo cadena cobriza, la mas poderosa color rubi, la esa hecha de sangre y años.
Como explicar, como perdonar. Lo mas dificil el perdonarse.
Cautiva fui por la pena; amargo dolor e indignacion por aquel que alguna vez me vio crecer, impotente de no curar a la viajera de la barca. Rabia senti por su silencio, de sus noches en vela, esa noche...
Razones tenia en el momento de callar, no mostrar entusiasmo, solo una sepulcral sed de justicia. No resisti la ira de ver el sufrimiento el cual su hijo dejo marcado en tantas vidas, incluida la mas mortal victima: esta creatura de la barca; el la llamaba madre, yo la llamaba abuela, juntos nos alejamos los dos alejados; divididos por un cristal el cual fue mas fuerte que el corazon de la mujer, el que ya estaba totalmente destrozado por el inclemente invierno y el veneno de su misma conciencia penumbra de todas sus acciones; creo que su propia culpa termino con su fuerza, sin querer el incondicional amor por su hijo fue retribuido por el abandono del mismo aquel...
Asi este hombre y la escritora se fueron a seguir con su afan. Atisbados por los ojos de la mujer, una mirada dulce pero triste, un segundo volvi a verla, con señas dijo quererme. Un extraño sentimiento me acompaño todo el tiempo, un desatino ignorado mas no falso. Una parca corto el hilo.
Al llegar de mi enseñanza tope con la parca, la mujer se preparaba y las monedas ya habian sido ofrendadas, el viaje empezaba, no pude ver como se subio a la barca porque solo vi su caparazon con un espiritu aprisionado preparado para volar, sus ojos eran cristales perdidos en el tunel. Nadie queria aceptarlo. Ella ya se habia ido de casa y habiase llevado una parte de su esposo consigo, esperando reunirse con sus heridas curadas por el gran amor de El Creador.
No volvi a saber mas de ella, es mas, no sabia lo que ella era, si, se fue, yo la amaba, si, partio. No se donde esta, no puedo decir que es un angel ahora, no era un angel ni un demonio. Talvez una especie de ninfa errante, siempre fue humana, una mujer normal que se equivoco pero que tambien hizo bien. Con el tiempo le he perdonado mas cosas, siempre la amo.
Admiro amar aun con todas las verdades que yo ignoraba y todos los secretos que se llevo al camposanto.
Despues de dos años hablo de esto, hace dos años mi abuela partio. Se que sabe de este escrito, talvez me visite en sueños, pudo haberle gustado y felicitarme como cuando yo le leia mis craciones o talvez me reclame.
~Wiccangel~(Victoria III)©
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